Última modificación: 2018-03-28
Resumen
En la actualidad, la mayoría de instituciones y organizaciones públicas o privadas tienen como horizonte su desarrollo social, económico y financiero, y para conseguir este fin es necesario que fortalezcan aún más su participación en el control a través del fortalecimiento de su sistema de control interno a fin de minimizar los riesgos operativos.
Según Claros (2012) el Informe COSO define el control interno como un proceso efectuado por la junta directiva, la gerencia otro personal designado, diseñado para proporcionar seguridad razonable respecto del logro de objetivos en las tres categorías siguientes:
i) Eficacia y eficiencia de las operaciones, referida a los objetivos empresariales básicos de la entidad también al rendimiento, rentabilidad y adecuada distribución de los recursos.
ii) Confiabilidad de la información financiera, relacionada con la elaboración y publicación de los Estados Financieros y la confiabilidad de la información.
iii) Cumplimiento con leyes y regulaciones: referida al cumplimiento de las normas y leyes a que está sujeto la entidad.
Las tres categorías distintas se relacionan entre sí con diferentes necesidades sin perder el enfoque dirigido hacia el cumplimiento de cada una de ellas en forma individual.
Cárdenas y Munive (2004) propone que el control es una acción, en la medida en que sea tangible y consecuentemente el efecto que produce, pueda medirse. Al igual que el espíritu es inherente al cuerpo humano, el control lo es a la entidad como ente concreto y, específicamente a la administración, personificada en sus órganos de dirección y gerencia.