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La Iglesia Adventista del Séptimo Día vió La Luz en medio de una realidad social muy definida, a saber, la época victoriana estadounidense. Los pioneros usaron métodos que fueron significativos para las personas de aquella época, puesto que atendían necesidades identificadas. Esa misma forma de “hacer iglesia” tuvo éxito a lo largo de los años, en diversos lugares del mundo. Sin embargo hemos sido testigos de profundos cambios en el mundo; la aparcición de nuevas carácterísiticas sociológicas, el masivo desarrollo de la tecnología, el acceso al conocimiento y a vías de comunicación que han acortado, y casi desaparecido, las distancias han preparado el ambiente para la aparición de nuevas generaciones con rasgos muy marcados. Aunque los milenials (personas básicamente nacidas en los 80), toman el liderazgo social actual, no son sino las generaciones digitales, los de la generación Z (nacidos desde mediados de los 90) y los llamados  multi touch, quienes  plantean nuevos retos a la iglesia. Desafíos que tienen que ver, con desarrollar un método significativo misionológico, que no ponga en riesgo la enseñanza bíblica, pero que a su vez, haga que dicha enseñanza tenga sentido en las mentes de las nuevas generaciones. A su vez plantea del desafío de considerar el repensar de  nuestro modelo eclesiológico, considerando el antender las necesidades espirituales de los más jóvenes y proveerles un ambiente y herramientas que garantizen su desarrollo en Cristo.

Misonología; eclesiología; generación Z; adolescentes