El presente estudio tiene como objetivo revisar la información sobre la eficacia en la medición de la calidad del aire por indicadores biológicos. Las plantas, además de otros organismos, reconocen de diferentes maneras a estímulos externos como contaminantes atmosféricos. Pueden servir como indicadores de la actividad biológica de los contaminantes  porque no solo son sensitivos, también proveen respuestas características a contaminantes atmosféricos frecuentes. Los contaminantes pueden estar en uniones extremadamente bajas, lo que requiere análisis con tecnologías altamente sensibles de coste prohibitivo, mientras que los bioindicadores las detectan. El uso de bioindicadores vegetales se ha prolongado considerablemente alrededor del mundo, donde varias ciudades lo han asociado como parte de sus programas normales de control de calidad del aire.

Se identificaron como especies a estudiar para la evaluación de la contaminación global a los líquenes y tillandsia capillaris.