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La obesidad es una nueva pandemia que recorre el mundo. Es silencia, no es transmisible, pero sí visible. Su prevalencia viene aumentando de forma alarmante durante los últimos 25 años; por lo que se convierte en un fenómeno de salud pública. Actualmente se investiga cada vez más sobre los factores asociados  con la obesidad, y entre ellos se hace alusión a la corta duración del sueño nocturno. El cuerpo humano está regulado por el ciclo circadiano, para llevar a cabo diversas funciones fisiológicas de manera normal. A ello está asociado el sueño como modulador de la función neuroendocrina y metabólica del organismo, por lo que los cambios en la duración del rasgo cronotropico vespertino y hábitos poco saludables, podrían favorecer a un mayor riesgo de desarrollar obesidad en el futuro.  El objetivo de esta revisión es realizar una revisión bibliográfica sistemática para mostrar la evidencia científica que se plantea sobre la duración del sueño nocturno como factor de riesgo asociado a la obesidad, y así brindar información actualizada sobre el tema. Para conocer si dicha relación es significativa o poco influyente, se hizo una exhaustiva búsqueda bibliográfica, mediante buscadores científicos, páginas web y libros, durante el periodo de marzo a mayo. Lo cual la evidencia demuestra diversos estudios de análisis epidemiológicos donde efectivamente se esclarece  que durante las últimas décadas la obesidad ha aumentado exponencialmente y según los resultados de dichos estudios, existe una relación positiva con la corta duración del sueño como factor de riesgo asociado a la prevalencia de la obesidad.

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